Sobre el ciclismo urbano libre (i)
En “Free as in Freedom (2.0)” [1], Richard Stallman narra el origen del movimiento de código libre que el mismo encabeza desde hace décadas. Este movimiento, punto de partida tanto de un porcentaje elevado del código sin el cual el mundo que conocemos no sería posible, como de una interpretación original de lo que suponen los bienes comunes, puede entenderse como una base sólida a partir de la cual intentar desarrollar una generalización teórica más amplia de lo que constituyen hoy los modelos libres, así como de sus antagónicos modelos propietarios respectivos.
Articulo Sobre ciclismo urbano libre
Modelos de código libre y propietario
En la época en la que Stallman se une al laboratorio de inteligencia artificial del MIT, el código informático es de uso libre. Salvando las distancias, éste se asemeja a una receta de cocina: algo que no pertenece a nadie en particular y que no es posible explotar en beneficio propio únicamente. Muy al contrario, se trata de algo que podría definirse como un bien común: un conocimiento extendido que se comparte, del que todo el mundo se beneficia y enriquece. El código es algo libre, un bien colectivo que todo el mundo puede estudiar y modificar, aportando mejoras que redunden en el beneficio común. Ese es el caldo de cultivo en el que se cimenta un movimiento que no puede considerarse como original en su concepción, pero sí en la definición de sus objetivos. Es el modelo de código informático libre.
Hacia el final de los años 70 se produce un evento germinal. Un día cualquiera en el MIT, una impresora produce un error: al intentar corregir el fallo en el código como tantas otras veces, los integrantes del laboratorio se encuentran frente a un hecho que les resulta completamente extraño. Son conscientes por vez primera de no tener acceso al código fuente de la impresora y, por lo tanto, no son capaces de poder estudiarlo y reparar el error. Ese momento, el de afrontar por vez primera un código propietario (cerrado e inaccesible) es el origen de la frustración de Stallman, constituyendo por oposición el embrión del movimiento de código libre (abierto y modificable). Es el origen del modelo de código informático propietario.
La gran mayoría de las personas, pasada la sorpresa inicial, acabaron adhiriendo al modelo de código propietario, muy extendido hoy día, aunque no todas. Las más reticentes, educadas en un modelo cuya premisa fundamental es que compartir favorece al colectivo, y por lo tanto indirectamente al individuo, se lanzaron a escribir código abierto y libre, compartiéndolo con todo aquel que mostrara interés. A cambio, se le pedía únicamente que al aportar mejoras al código, éste fuera igualmente compartido: aceptar el modelo abierto implicaba hacerlo en beneficio mutuo. Hoy, el movimiento se ha expandido y a pesar de continuar siendo minoritario, puede considerarse como un sinónimo de libertad, seguridad y deseo de compartir los bienes comunes.
El modo de funcionamiento habitual del modelo de código propietario suele consistir en recortar la libertad de los usuarios, educándoles desde muy pronto en la existencia de un único modelo [2], de modo que vean restringida su capacidad de elección a un número limitado de códigos, generalmente relacionados entre ellos por fuertes dependencias, eliminando toda compatibilidad con otros códigos. El usuario debe optar por un conjunto acotado de soluciones, siempre las mismas independientemente de sus necesidades particulares, debiendo ser él quien se adapte a esas soluciones, gratuitas [3] y de uso directo únicamente en apariencia, que constituirán una fuente de beneficios económicos inmediatos para el beneficiario del modelo en forma bien de dinero, bien en forma de obtención de los datos personales del usuario [4]. Un pensamiento único fomentado y dirigido por el beneficiario del modelo proporcionará a éste el entorno adecuado para su expansión, legitimándolo, al mismo tiempo que se propaga la idea de peligrosidad e inseguridad en todo aquel código informático que no tenga por origen el valedor del modelo propietario. El modelo de código libre, abierto, propulsor de código legible y seguro se ve así relegado a un ámbito minoritario de adeptos.
Desde el momento en que el usuario accede al modelo de código propietario es muy difícil salir de él, hasta llegar a un punto de no retorno que se puede manifestar en forma de incapacidad de acceder a sus propios datos, debiendo por lo tanto perpetuar el uso de códigos propietarios si se quiere poder seguir utilizando esos datos; inaccesibilidad económica al modelo, oneroso por definición; imposibilidad hardware de hacer funcionar el código propietario debido a los elevados recursos que consuma éste e incluso obligación de renovar periódicamente dicho hardware, con el coste asociado; mal funcionamiento del código propietario, sin alternativa posible por incompatibilidad con otros códigos; fallos de seguridad ignorados por no ser un código auditable, lo que conlleva a la imposibilidad de continuar usando ese código, etc. Llegado a este punto, el usuario se encuentra frente a una fuerte relación de dependencia, siendo consciente de que su libertad de elección ha cesado de existir en gran medida.
Generalidades del modelo propietario
Los puntos anteriores, específicos al modelo de código informático, se pueden generalizar extrayendo pautas comunes a todos los modelos propietarios. El modo de funcionamiento del modelo propietario, como método de generación de beneficio económico inmediato, es por regla general siempre el mismo, pudiéndose también extender a otros ámbitos. Se limita la libertad de los usuarios, de modo que éstos vean condicionada su capacidad de elección, poniendo coto de esta manera al modelo libre anteriormente en vigor. El objetivo será siempre el de forzar al usuario a optar por un panel limitado de opciones, invariablemente las mismas independientemente de sus necesidades particulares, únicamente sencillas y ventajosas para él en apariencia, aquellas propuestas por el valedor del modelo propietario, constituyendo éstas las fuentes de beneficios económicos inmediatos. Estos beneficios se producen de forma directa (económica) o indirecta (datos, dependencia del usuario, erradicación de un obstáculo al modelo propietario, obsolescencia programada, etc.). El modelo libre en vigor hasta el advenimiento del modelo propietario favorece la existencia de múltiples opciones, elimina las barreras artificiales que limiten la libertad del usuario, anima a la colaboración pública y al reparto de los bienes comunes, fomentando la compatibilidad y la interoperatividad, promoviendo las soluciones auditables e intercambiables, que serán en consecuencia seguras. El modelo propietario acaba con estas ventajas de manera definitiva, impidiendo la posibilidad de volver atrás, garantizando así su propia supervivencia.
El éxito del modelo propietario, desde el punto de vista del usuario, reside en su aparente conveniencia, economía, simplicidad y facilidad de uso. Esto será tanto más así desde el momento en que se hace abstracción de las implicaciones y consecuencias del modelo, puesto que solamente se considera el bien individual y no el bien común. Desde el punto de vista del modelo propietario, únicamente el beneficio económico inmediato es relevante. Se procura captar poco a poco nuevos usuarios, limitando de manera progresiva su libertad de elección, educándoles desde muy pronto en la existencia de un único modelo, al que el usuario deberá adaptarse independientemente de sus necesidades particulares, convenciéndole de que esta opción es la correcta al no tener conocimiento de alternativas posibles, o persuadiéndoles de que son alternativas complejas, al alcance de solamente unos pocos, inseguras u onerosas. Es por ello que el modelo propietario se asocia a menudo a la noción de pensamiento único, englobando todo lo anterior, que será quien le proporcione su marco de legitimidad.
Una vez que el usuario accede y se habitúa al modelo propietario es muy difícil salir de él debido a su propia concepción, siguiendo un camino siempre descendente, hasta que ya es demasiado tarde. Esto se puede manifestar en forma de incapacidad física o psicológica de acceder a ninguna otra alternativa, falta de conocimientos o de la educación necesaria para escapar del modelo, inaccesibilidad económica al mismo, imposibilidad de hacer un correcto uso del modelo o incluso un funcionamiento deficiente de este ultimo. Al haberse imposibilitado el acceso a otras opciones, el usuario se encuentra en una trampa. Llegados a este punto, el usuario es consciente, quizás ya tarde, de hasta que punto sus posibilidades son limitadas encontrándose, no por casualidad, con que su libertad de elección ha sido coartada de manera considerable, habiéndose convertido en este contexto en una persona dependiente.
Ejemplos
Los modelos libre y propietario pueden extrapolarse a muchos otros ámbitos más allá del código informático, siguiendo siempre unas pautas generales que serán muy similares a las anteriores. Para concluir con la primera parte de este artículo, es interesante mencionar algunos modelos en vigor actualmente, aunque la lista podría ser mucho mas larga.
Un primer ejemplo lo supone el uso de semillas de cultivo en agricultura. Desde la revolución neolítica hasta finales del siglo xx, el modelo libre consistente en reutilizar una parte de la cosecha para poder replantar y producir nuevas cosechas ha sido el modelo predominante (modelo libre anteriormente en vigor). Este modelo permite el libre intercambio de semillas (un bien común) de cultivo y de conocimientos sobre la mejor alternativa (existencia de múltiples opciones), la mejor época del año en la que sembrar, las mejores condiciones, los cuidados, etc. (anima a la colaboración pública y al reparto de los bienes comunes, fomentando la compatibilidad y la interoperatividad, promoviendo las soluciones auditables e intercambiables). Recientemente, el modelo antagónico propietario comienza a imponerse [5]: únicamente cierto tipo de semillas (panel limitado de opciones) han de ser adquiridas (se limita la libertad de los usuarios) por todos los agricultores (el usuario deberá adaptarse independientemente de sus necesidades particulares) y producen cosechas no fértiles que contaminan además a las que si lo son (el modelo garantiza su propia supervivencia).
El éxito del modelo propietario en este caso se basa en la aparente robustez de las semillas propietarias (aparente conveniencia), garantizando una cosecha segura y a medida (aparente simplicidad), que además tendrá un precio reducido inicialmente (aparente economía), al evitarse costes de almacenamiento, redundando en una mejor salida al mercado (aparente facilidad de uso). Esto suele ir a menudo en detrimento de la calidad de la cosecha (solamente se considera el bien individual y no el bien común), que se convierte en un factor secundario: tan solo el beneficio económico inmediato es relevante (directo económico, e indirecto por ausencia de competencia). El modelo libre poco a poco se va relegando y se convierte en algo minoritario [6], pues una línea argumental omnipresente (noción de pensamiento único) se impone y lo considera arriesgado e ineficiente (persuadiéndoles de que son alternativas complejas, al alcance de solamente unos pocos, inseguras u onerosas). Poco a poco se va creando una relación de dependencia de la que es muy difícil escapar. La libertad del agricultor se ve cada vez más limitada, tanto económicamente como desde el punto de vista de su capacidad de elección. Este modelo además está adquiriendo tintes de sofisticación insospechados, puesto que la dependencia de la agricultura con pesticidas y maquinaria compleja es cada vez más notable, y sin someterse a estas ligaduras artificiales cada vez es más difícil alcanzar una producción aceptable.
Referencias
Free as in Freedom 2.0
Acuerdo de Educacion con Google y Microsoft
Office 365 gratis educación
El nuevo petroleo son los datos, y todo el negocio está en sólo tres compañías
El mundo según Monsanto
Les défis d‘une autre agriculture